COMUNEROS DE CASTILLA

REVUELTA DE LAS CUMUNIDADES:
La revuelta y guerra de las comunidades de Castilla fue un levantamiento contra la corona que tuvo lugar entre 1520 y 1521, protagonizado por las ciudades del interior de la Corona de Castilla. La causa de la revuelta fue que: al llegar un rey extranjero, impuso como hombres de confianza, en el gobierno del reino, a otros extranjeros, así como el uso de los recursos e impuestos de Castilla a favor del imperio. El Cardenal Adriano de Utrech, regente flamenco nombrado por el rey, declara la guerra a los comuneros.
En 1521 las tropas comuneras inician una ofensiva sobre la fortaleza de Torrelobatón, que cae el 25 de febrero. El 12 de abril, tropas del rey asaltan la ciudad de Mora quemando la iglesia donde se habían refugiado ancianos, mujeres y niños. Finalmente el 23 de abril las tropas comuneras salen de Torrelobatón buscando refugiarse en Toro. Las tropas de rey persiguen al ejército comunero dándole alcance en Villalar. A la madrugada del 24, son ejecutados los principales líderes comuneros, Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado. Antes de la ejecución, Juan Bravo y Juan Padilla cruzaron unas palabras que han pasado a la posteridad: “Ayer era día de pelear como caballero…hoy es día de morir como cristiano”.
Juan Bravo pidió ser ejecutado antes que Padilla, para no ver la muerte de tan buen caballero.
Todas las ciudades comuneras del norte de Castilla caen tras la derrota de Villalar. En Junio de 1521 las tropas de Carlos asedian Madrid, que se rinde finalmente. Murcia cayó tras un fuerte sitio. Toledo se rinde el 25 de Octubre a condición de que se respete la vida de María Pacheco y de otros comuneros. Carlos derruyó el palacio de Padilla en Toledo.
Las celebraciones en la campa de Villalar comenzaron en el año 1976. Los primeros años las concentraciones fueron reprimidas y disueltas por la guardia civil. A partir de 1932, el pueblo de Villalar adoptó el calificativo de “Villalar de los Comuneros”. En dicha localidad existe un obelisco en la Plaza Mayor, donde se encuentra la piedra en la que decapitaron a los comuneros.
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